Cotoneaster horizontalis

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Cotoneaster horizontalis

El Cotoneaster horizontalis es una de esas plantas de jardín que viene aportar un atractivo color con sus frutos con la llegada del invierno. También se le conoce de forma popular como Cotoneaster horizontal o Griñolera. Es una planta de origen chino que pertenece a la familia de las Rosáceas.

El Cotoneaster horizontalis es un arbusto rastrero de hoja caduca o semicaduca que alcanza en condiciones normales una altura entre 30 y 100 centímetros. Es muy utilizado tanto como planta aislada, en grupos y sobre todo en la formación de setos de altura baja o media, aunque por su desarrollo horizontal y su rusticidad, también es muy empleada como cubresuelos.

Muy confundida con la Pyracantha, esta no posee espinas y sus largas ramas tienen un porte bastante más péndulas.

El Cotoneaster horizontalis presenta hojas alternas, simples, redondeadas y lustrosas por el haz y esparcidamente pubescente por el envés que adquieren tonos rojizos, anaranjados y dorados en otoño.

Florece en primavera y produce abundantes flores hermafroditas, de tamaño pequeño, entre 5 y 7 milímetros de diámetro de color blanco, que dan lugar a atractivos frutitos rojos oscuros (bayas) que maduran a finales de verano o en otoño y persisten durante el invierno. Estos frutos están en pomos y tienen un tamaño de 5 a 7 milímetros de diámetro con unas 3 semillas por fruto.

Dada su rusticidad se adapta perfectamente a climas frescos. La exposición en el jardín debe de ser a pleno sol o como mínimo a media sombra. Requiere suelos con un buen contenido de materia orgánica, aunque todos los Cotoneaster son resistentes y toleran suelos pobres.

No necesitan muchos cuidados y se reproduce por semillas o estaquillas.

En cuanto a la poda del Cotoneaster horizontalis es muy básica y se realiza a finales de invierno, siendo más bien una poda de Limpieza eliminando elementos como ramas muertas, rotas, enfermas o frutos secos. Aprovecharemos esta práctica agrícola para reorientarla, eliminando o guiando aquellas ramas que sobresalen mucho del arbusto por su exceso de vigor o posee una copa descompensada.

Cada 3 ó 4 años es recomendable realizar una poda de rejuvenecimiento mucho más enérgica, rebajando el arbusto intensamente.

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