Parras ornamentales

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Parras guti

Las parras ornamentales son un claro ejemplo de aquellas especies naturales de cultivo hortícola que se encuentran muy vinculadas con las culturas de entornos rurales asentadas geográficamente en zonas con clima de inviernos suaves, como es la mediterránea.

La parra es el nombre con el que se conoce a la Vitis vinífera, la popular viña de uva, cuando se cultiva en modalidad de cultivo elevado sobre una fuerte estructura construida para soportar todo el peso de su ramaje, hojas y frutos.

El cultivo en parral, en los dos casos va destinado a la producción de uva de mesa y no para vino. Las variedades de uva más populares en España para este destino son Aledo, Italia, Cardinal, Napoleón, Dominga, Alfonso Lavallée, Moscatel de Málaga, Roseti y Ohanes principalmente.

Las parras ornamentales, al igual que sucede con otras especies como por ejemplo el limonero, se suelen plantar en las áreas cercanas a la entrada de las casas rurales y/o con huerto. Su grueso tronco desnudo adquiere una altura de unos dos a tres metros y sus ramas se van guiando sobre una estructura elevada hasta conseguir un atractivo y funcional “techo vegetal”.

En estos casos, la parra ornamental cumple varias funciones a cada cual más interesante (en España):

  • Ornamenta el exterior de la casa donde se encuentra.
  • En invierno, al estar sin hojas, deja pasar la luz y evita excesos de humedad.
  • Por el contrario, en primavera, verano y otoño, produce una agradable sombra con su follaje.
  • Con sus grandes numerosas hojas y gracias a su transpiración, también mejora el ambiente creando espacios más agradables (frescos y húmedos).
  • Y por supuesto, no olvidemos sus uvas, que por su peso… cuelgan desde “el techo vegetal” invitando a ser consumidas conforme van madurando.

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