Conocida popularmente como Afelandra, «planta cebra o zebra« y «Añilillo«, la Aphelandra squarrosa es una planta tropical arbustiva originaria de Brasil (Minas Gerais, Pernambuco, Rio de Janeiro y Sao Paulo) donde vive en el húmedo sotobosque. Muy estimada por la belleza de sus hojas, pertenece a la familia Acanthaceae que comprende unas 200 especies distintas, originarias de las zonas tropicales de América central y meridional, en particular de zonas del México meridional, del sur de la Argentina y el Norte del Brasil.
La Aphelandra squarrosa es un arbusto siempreverde erecto, compacto, que en la naturaleza puede superar los dos metros de altura, pero que en las plantas cultivadas en macetas para interiores raramente supera los 50 cm, con tallos carnosos y hojas simples, opuestas, oblongo-elípticas con margen entero y ápice acuminado, largas 20-30 cm y anchas 8-10 cm, de color verde oscuro con nervaduras blanco marfil, coriáceas y brillantes superiormente.
Las hojas de la Aphelandra squarrosa son de un hermoso color verde intenso y brillante que contrasta con las vetas blancas de los nervios bastante pronunciadas en el haz y de color verde claro en el envés. Florece a finales de primavera y verano con unas vistosas inflorescencias terminales erectas, de 6 a 15 cm de largo, acompañada a veces de dos espigas laterales más cortas, constituidas por una espiga formada de brácteas estrechamente imbricadas obovado-cuneiformes con ápice acuminado, textura similar al papel, de color amarillo, persistentes por 1-2 meses. Las brácteas sostienen a las flores con corola tubular bilabiada, larga 3,5-5cm, con labio superior bilobado y labio inferior trilobado, de color amarillo, con duración de algunos días. Los frutos son cápsulas dehiscentes oblongas, de 0,6-0,8 cm de largo, conteniendo 4 semillas.
En su hábitat natural la Aphelandra squarrosa goza de una elevada humedad durante todo el año, por lo que lo ideal es que la planta se ubique en un lugar muy luminoso pero que no reciba el sol directo y que esté protegida de las corrientes de aire y de fuentes de calor ya que pueden provocarle la caída de las hojas. Requiere elevadas temperaturas, superiores a 18ºC, en verano lo ideal sería alrededor de los 21-27°C aunque después de la floración se puede dar un breve período de reposo con temperaturas ligeramente más frescas, pero no inferiores a 14ºC, de lo contrario, la planta no florecerá en la primavera-verano siguiente e incluso podría morir.
Requiere un suelo bien drenante, ácido o neutro, mantenido constantemente húmedo, pero sin encharcamientos; el sustrato muy seco o muy mojado provoca la caída de las hojas. Deberemos regarla frecuentemente siempre con agua no calcárea y a temperatura ambiente sin dejar jamás secar el sustrato, pero sin que llegue a encharcarse, procurando que la tierra esté siempre húmeda y no se seque. Durante la floración es conveniente regarla con regularidad y cuando finalice la floración disminuir los riegos. También podemos utilizar un difusor de agua para mojar de vez en cuando sus hojas, lo que ayudará a mantener la humedad en la planta cuando la temperatura ambiente sea demasiado alta. Recuerde que una buena humedad ambiental y riegos regulares son importantes considerando que es una planta de origen tropical.
Las hojas pueden limpiarse de vez en cuando con un paño suave y húmedo. Durante la operación, sostener las hojas con una mano para evitar que se rompan. No utilice nunca productos que se ofrecen para abrillantar las hojas. Podemos mantener la humedad de la planta poniendo la maceta en un plato ancho lleno de arcilla expandida o graba con un estrato de agua sin que esta entre en contacto directo con el fondo de la maceta lo que produciría que las raíces se pudran.
Es importante cuidar el abonado de la Aphelandra squarrosa porque nos va a ayudar a tener una planta proporcionada con hojas bien desarrolladas. Recomendamos abonar en primavera cada dos semanas aproximadamente con un fertilizante líquido diluido en el agua de riego y cuando empiece a formarse la espiga floral, aumentarlo a una vez por semana. A partir del otoño y durante todo el invierno, podemos abonar cada dos semanas si las temperaturas altas se mantienen, o suspenderlos por un tiempo si no fuera así.
Un buen abono equilibrado en proporciones iguales de nitrógeno, fósforo y potasio (por ejemplo 30:30:30) y que también contenga microelementos como el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), sería el más indicado para un correcto y equilibrado crecimiento de la planta.
Si los tallos de la planta quedan demasiado alargados para nuestro gusto, podemos podar la Aphelandra squarrosa dejando solo unas pocas ramas, teniendo cuidado de que el utensilio que utilicemos esté limpio para evitar infecciones y daños en la planta. Este trabajo es conveniente hacerlo antes de que llegue la primavera y la planta comience el proceso de floración.
La Aphelandra squarrosa se reproduce por semilla, micropropagación y por esqueje apical, de 10-15 cm de largo, en primavera, colocada en sustrato aireado y drenante en posición sombreada, a 22-24ºC de temperatura, con elevada humedad que puede ser obtenida, a nivel aficionado, cubriendo la maceta con una bolsa de plástico transparente hasta la aparición de los brotes, signo del enraizamiento.