El color de las flores no sólo incide en su aspecto visual, sino que va cargado de simbología y con ello se adentra en el complejo mundo del lenguaje. En el caso de las Margaritas rojas, se produce una interesante situación: una pasión sin juegos.
El origen del Chrysanthemum (Margaritas) en Europa se encuentra en las colonias asiáticas desde donde fueron traídas por los marinos de lo que empezaba a ser el Imperio Británico. Ya era ampliamente reconocida en Asia, especialmente en las culturas japonesa y china donde todavía hoy es una de sus flores favoritas, aunque ha sido utilizada intensamente desde el siglo VI Antes de Cristo.
La Margarita, es una flor que de por sí se le relaciona a la duda y al amor… de donde viene el popular dicho: ‘con ella se juega a un me quiere, no me quiere’ mientras es deshojada. Pero en este caso, gracias a su color rojo intenso… trasmite pasión y con ello… ya no hace falta entrar el juego en sí, puesto que el ‘mensaje de la flor’ deja todo muy claro.
El rojo es el símbolo de la pasión ardiente y desbordada, de la sexualidad y el erotismo, aunque también del peligro, no lo olvidemos. Es el más caliente de los colores cálidos. Es el color del fuego y de la sangre, de la vitalidad y la acción, ejerce una influencia poderosa sobre el humor y los impulsos de los seres humanos… produce calor. Por lo tanto, el regalar Margaritas rojas, es trasmitir un mensaje de pasión sin opción a juegos. Además, estas Margaritas (Chrysanthemum) pertenece al grupo de flores naturales bellas, muy resistentes y de larga duración en jarrón.