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Strongylodon macrobotrys, la parra de jade

flor de Strongylodon macrobotrys

Strongylodon macrobotrys es una planta trepadora de hoja perenne, perteneciente a la familia de las fabaceae, de rápido crecimiento, originaria de los bosques tropicales de las Filipinas, de color verde muy oscuro al inicio pasando a un verde más claro de adultas. Conocida popularmente como parra de jade, parra de jade turquesa, enredadera de jade o parra esmeralda. Se encuentra en peligro de extinción por la deforestación de su área de desarrollo.

De hojas alternas trifoliadas, con folíolos aovados acuminados, empiezan siendo oscuras casi negras y luego al madurar toman un color verde intenso. La Strongylodon macrobotrys es una especie de parra perenne leñosa, de follaje verde pálido con flores en forma de garra. Durante la primavera y el verano la Strongylodon macrobotrys produce espigas colgantes de más de 2 metros, con flores pedunculadas de color azul turquesa de gran tamaño, pudiendo alcanzar los 10 cm y forma de guindilla. Los pétalos están girados hacia arriba y tienen forma de garfio; cada espiga puede tener más de 80 flores. Tras la floración aparecen las vainas, redondeadas, de gran tamaño y de color verde claro que pueden contener hasta 12 semillas. De joven los tallos de la Strongylodon macrobotrys son herbáceos y se van haciendo leñosos a medida que envejece, pudiendo finalmente medir entre 5 y 20 metros de altura. Florece en primavera y verano.

El color turquesa de la flor es muy similar al de los minerales jade y turquesa, de ahí su nombre popular de parra de jade. Las vainas son cortas, oblongas y carnosas, produciéndose las inflorescencias en las parras maduras. Tras la floración se le pueden aplicar pequeñas podas para controlar su crecimiento y provocar la aparición de nuevas ramas con lo que tendremos floraciones más abundantes.

Suelen cultivarse en una pérgola o soporte de altura que permita mostrar sus hermosas cerchas de flores, siendo aconsejable ubicarlas a medio sol, a salvo de las heladas, aportándole un sustrato de neutro a ácido, rico en materia orgánica, fresco y arenoso para asegurar el drenaje ya que crece mejor en tierras algo húmedas, dado que la planta en su hábitat natural crece al lado de arroyos en los bosques húmedos y barrancos. La planta no tolera las heladas y necesita una temperatura mínima de 15°C para su cultivo.

Lo ideal es ubicarla donde reciba la luz brillante filtrada, protegida de vientos fuertes y sobre todo de heladas con las raíces a la sombra y el follaje al sol suave de las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde. Los riegos en período vegetativo deben ser abundantes y frecuentes, 2 ó 3 veces por semana, manteniendo el suelo húmedo pero no anegado, y el resto del año algo más moderados.

En las primeras etapas de su crecimiento se puede podar unos pocos centímetros inmediatamente después de la floración, para limitar su crecimiento y obtener mayor cantidad de ramas nuevas.

Se puede multiplicar por semillas que se recogen en cuanto maduran y se siembran enseguida porque tienen vida corta (10 a 15 días). Necesitan por lo menos 25ºC de temperatura constante para germinar, en sustrato húmedo, no mojado. Florece después del tercer año de vida.

Si se multiplica por esquejes de madera semi-madura será en verano, atendiendo a sus necesidades de temperatura y humedad. También se pueden hacer acodos aéreos o terrestres, de la forma tradicional.

Aunque el color más usual de las flores es el azul o azul turquesa, también se las puede encontar de color rojo anaranjado.

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