La Primula acaulis es una de las grandes protagonistas entre las plantas de temporada de flor de otoño e invierno. Son ideales para plantarse en el jardín creando manchas en macizos y arriates, así como en macetas y jardineras. En todos los casos, sus diversos y vivos colores, son una alegría para la vista en esta época del año.
Estamos ante una de esas plantas que pueden ser disfrutadas tanto como planta de interior como planta de exterior. Por ejemplo, se puede tener en una pequeña maceta decorando el interior del hogar, para pasar unas semanas después a ser plantada en una jardinera o directamente en el jardín. Por lo tanto, los cuidados de la Primula acaulis serán diferentes en función de si la tenemos dentro del hogar o en el exterior. Más adelante os ofrecemos algunos consejos.
Es una planta que en lugares de Centroeuropa anunciaban la llegada de la primavera y, en el marco del lenguaje de las plantas, se las asocia con el significado del amor eterno, la juventud y la pureza. De hecho hay leyendas que dicen que eran usadas en la elaboración de pociones para conseguir el amor.
Descripción de la Primula acaulis
Su nombre científico es Primula acaulis, aunque se la conoce comúnmente con otros muchos nombres como por ejemplo ‘Primavera’, ‘Primula vulgaris’, ‘Primula’, ‘Orejas de oso’… pertenece a la familia Primulaceae y su origen es de los denominados hortícolas, ya que viene del cruce de otras especies en viveros especializados, pero puesto a situar una zona de origen por vinculación a sus progenitores, esta estaría en el sur y oeste de Europa.
Es una planta perenne con hojas radicales oblongo-obovadas, dentadas y algo arrugadas, de color verde intenso por el haz y algo más claras por el envés.
Sus flores están compuestas por cinco pétalos y crecen en forma de penachos sostenidas sobre un pedúnculo más o menos grueso. La gama de colores es muy grande, partiendo de los colores puros amarillos, blancos, rosas, violetas, rojos… variando en sus tonalidades… hasta las combinaciones en bicolor entre ellos.
Variedades de Primula acaulis
Gracias a las mejoras genéticas, esta planta tan típica de la época fría del año, está presente en el mercado durante más tiempo. Actualmente la podemos ver en las tiendas desde noviembre hasta marzo y para ello, los viveristas profesionales cultivan grupos de variedades más o menos precoces.
Así, estas variedades se agrupan profesionalmente en grupos denominados:
- Variedades de Primula acaulis de producción muy precoz.
- Variedades de Primula acaulis de producción semiprecoz.
- Variedades de Primula acaulis de producción media temporada.
- Variedades de Primula acaulis de producción tardía.
- Variedades de Primula acaulis de producción muy tardía.
Estos grupos de variedades se encuentran agrupadas a su vez en las llamadas series, marcas comerciales que cada empresa obtentora bautiza con sus nombres comerciales para distinguirlas entre sus clientes viveristas. Cada serie agrupa a determinadas variedades que responden de forma similar durante su cultivo.
Como un ejemplo de nombres comerciales de series, podemos referirnos a las comercializadas por la firma japonesa Sakata: Danessa, Daniella, Pageant, Danova, SuperNova, Rosanna, Fire,… que agrupan a variedades con características florales y de crecimiento similares para facilitar su cultivo en el vivero y comportamiento en el jardín. El viverista puede adquirir variedades concretas dentro de cada serie o la modalidad Mix, que agrupa a una mezcla de ellas en proporciones determinadas, ya que no todos los colores se venden en el mercado en la misma proporción.
El vivero profesional exige a las firmas de venta de semilla o planteles de Primula acaulis diversas cualidades, entre ellas:
- Un crecimiento de planta uniforme.
- Que las plantas crezcan compactas, fuertes y sanas.
- Con hojas verde oscuro.
- Que la planta crezca en roseta uniforme, sin brotes laterales.
- Que emita flores grandes.
- Que los colores de sus flores sean puros y vivos.
- Que los tallos de la flor no se estiren en exceso, manteniendo una floración compacta.
- Precocidad de floración dentro de su franja de cultivo.
Cuidados de la Primula acaulis como planta de interior
La Primula acaulis, en calidad de planta de interior, la ubicaremos lo más cercana posible a las fuentes de luz, como por ejemplo las ventanas. Con ello conseguiremos que el color de sus flores siga siendo intenso y su floración se desarrolle con normalidad.
Es una planta de exterior de clima frío, por lo que evitaremos que esté cerca de las fuentes de calefacción.
La regaremos directamente a la maceta, evitando mojar sus flores. El agua aconsejada es la de lluvia o mineral. Si la regamos con agua potable, lo mejor es que la dejemos reposar unas 12 horas para que se evapore el cloro que suele llevar.
Evitaremos colocar un plato o posa maceta. Si lo hacemos, retiraremos el agua sobrante de cada riego para evitar que su acumulación provoque la pudrición de las raíces situadas en la base de la maceta.
Tras tres o cuatro semanas de disfrutarla dentro del hogar, es aconsejable sacarlas al exterior, ya sea para plantarlas en una jardinera o directamente en el jardín. En el exterior puede vivir perfectamente varios meses.
Cuidados de la Primula acaulis como planta de exterior
Son ideales para plantarse en el jardín creando manchas en macizos y arriates, así como en macetas y jardineras. Son muy resistentes por lo que sus cuidados serán mínimos.
El sustrato de plantas de exterior o de plantación es el ideal para su trasplante. Las ubicaremos en el jardín a pleno sol, procurando plantarlas bastante juntas para conseguir una bonita ‘mancha de color’.
La mayoría de las plantas de Primula acaulis necesitan de 5 a 8ºC para su inducción a floración. Por ello, si el otoño es muy cálido no florecerán hasta que las temperaturas nocturnas bajen por debajo de estos valores.
Para evitar un exceso de vegetación y baja floración, tendremos cuidado con el exceso de abonos nitrogenados. No tolera los ambientes secos, por lo que es aconsejado el riego regular, de modo que el sustrato o terreno se mantenga siempre algo húmedo y fresco.
Prefiere los terrenos bien drenados y que no se acumule agua en exceso. En terrenos muy arcillosos, podemos aportar para mejorarlo un sustrato tipo plantación en una proporción del 15 al 30% según las características de la tierra original.
En cuanto a plagas y enfermedades, la Primula acaulis en el jardín no tiene grandes enemigos, si bien las babosas y los caracoles pueden ocasionarle daños a sus hojas cuando hay mucha humedad. Los controlaremos con la aplicación de cebos antilimacos (productos para eliminar babosas y caracoles) esparcidos en gránulos sobre el terreno plantado.
Datos para el cultivo de la Primula acaulis
Los aficionados a la bricojardinería suelen comprar sobres de semillas, tanto hortícolas como ornamentales, para su cultivo. Saber o tener información técnica profesional al respecto es de gran ayuda. En este caso, aportamos datos técnicos de interés referente al cultivo de la Primula acaulis. Estos datos deben de tomarse siempre como orientación ya que según las variedades cultivadas, sustrato utilizado, clima, etc. puede variar notablemente en los resultados.
El tipo de Primula acaulis nos marcará las fechas adecuadas de cultivo, adelantándolas o atrasándolas en función del grupo al que nos refiramos y como consecuencia directa… a las fechas en las que la deseemos tener en flor.
Algunos datos de cultivo de la Primula acaulis base son:
- La temperatura de germinación debe de ser inferior a los 18ºC.
- No debemos cubrir sus semillas.
- Mantendremos el sustrato húmedo durante todo el proceso de germinación.
- Repicaremos las plántulas de Prímula a una maceta de 9 ó 11 centímetros de diámetro.
- El sustrato ideal es el de plantas de exterior para su plantación.
- Ubicaremos las plantas en el jardín a pleno sol.
- La mayoría de las Prímulas acaulis necesitan de 5 a 8ºC para su inducción a floración.
- Para evitar un exceso de vegetación y baja floración, tendremos cuidado con el exceso de abonos nitrogenados y demasiada agua en el riego.
- El nivel de pH óptimo es de 5,5 a 6,0.
Cómo sembrar Primula acaulis con éxito
Para sembrar la Prímula acaulis y tener éxito en esta fase tan delicada de cultivo, es muy importante saber cuáles son los parámetros en los que se consigue las mejores condiciones de cultivo.
Primera etapa de germinación. La etapa de germinación abarca unos 14 días, desde que sembramos hasta que germina la semilla. La siembra se realiza sobre un sustrato bien aireado. Para ello podemos hacer una mezcla con un 60% turba fina, 25% perlita y 15% vermiculita que tenga un pH entre 5.5 y 6.0.
La temperatura óptima de cultivo durante este periodo es de unos 15ºC tanto durante el día como la noche. La Primula acaulis requiere luz para germinar y también humedad constante en el sustrato. Las semillas germinarán entre 5 y 7 días según las condiciones de cultivo.
Segunda etapa de desarrollo de la primera hoja verdadera: Esta etapa va desde la germinación hasta que desarrolla la primera hoja verdadera. En su periodo de cultivo se sitúa entre los días 15 a 29 aproximadamente.
Una vez germinada, cuando los cotiledones se expanden ya podemos reducir los niveles de humedad al 70% pero evitando que el sustrato se seque. La aplicación de una ligera niebla (nebulización) de 2 a 3 veces al día es muy interesante para mantener las plantas turgentes y en buenas condiciones de crecimiento.
A nivel de iluminación entre los 11.000 a 22.000 lux será suficiente para evitar que se dañen las plántulas más tiernas. En cuanto a fertilización, esta debe ser aún muy débil y prestando especial atención al nitrato de calcio, manteniendo el sustrato un nivel de conductibilidad eléctrica inferior a 0,6 mmhos.
Tercera etapa de desarrollo de las primeras hojas: La duración de esta fase de cultivo parte de los 30 días de cultivo y llega hasta a los 45 aproximadamente. Durante esta etapa se van formando las siguientes hojas verdaderas, periodo en el que debemos mantener una temperatura entre los 15 y 18ºC con suficiente humedad en el sustrato, aunque podemos relajar un poco la frecuencia de riegos para estimular el desarrollo de sus raíces. También se incrementa el nivel de fertilización pudiendo llegar su conductibilidad eléctrica a 0,8 mmhos. En cuanto a su fertilización podemos mantener una fórmula de 15-03-20 ó 15-05-25.
Cuarta etapa de aclimatación previa a su trasplante: Esta fase es muy rápida y comienza sobre los 46 días de cultivo llegando a los 50. Las plántulas ya tienen desarrolladas sobre las cuatro hojas verdaderas y comienzan a estar listas para su trasplante. Se mantiene la fertilización y aireación con mayor iluminación para fortalecer las plántulas.
Cultivo de la Primula acaulis en vivero
El cultivo de Primula acaulis en vivero, partiendo de las plántulas ya tratadas en el punto anterior, se suele hacer en invernadero o umbráculo según la zona y época de cultivo. Se plantan en las macetas definitivas y se suelen colocar a una densidad de plantación denominada ‘maceta a maceta’. Estas suelen tener un diámetro de 10 a 12 centímetros aproximadamente. Durante el cultivo, cuando las hojas de las plantas empiecen a sobrepasar los bordes de su maceta, procederemos a separarlas dejando aproximadamente la densidad de cultivo a la mitad.
Para su plantación se recomienda un sustrato bien aireado y rico en materia orgánica, con un pH óptimo de 5.5 a 6.0, una profundidad en trasplante igual a la que tenía en el semillero para evitar pudriciones de cuello y una iluminación que no exceda de los 37.500 lux, estando la ideal entre los 27.000 y 32.000 lux.
Destacar que un pH elevado puede favorecer una deficiencia de hierro que se caracteriza por una clorosis del follaje superior. En cambio, un pH inferior a 5.5 puede favorecer el exceso de zinc, provocando fitotoxicidad y apareciendo necrosis por el borde de las hojas inferiores.
Unas temperaturas recomendables de cultivo son sobre los 10ºC durante la noche y de 18 a 22 durante el día. Por debajo de ellas se ralentizará su desarrollo y por encima se acelerará, en ambos casos, su crecimiento no será el idóneo.
La exposición de las nuevas plantas recién plantadas será a sol y sombra, ya que en esta época del año, cuando se cultiva la Primula acaulis, aunque el tiempo no es muy caluroso hay que protegerlas, sobre todo a las horas más calurosas.
Los riegos serán moderados, siendo frecuentes durante la primera semana y distanciarlos durante el resto de cultivo para favorecer el desarrollo radicular. Los abonados pueden realizarse a partir de las 4 ó 5 semanas de cultivo con un abono del tipo 18-12-24 en fertirrigación (abono mezclado en el agua de riego), a una dosis de 1 gramo por litro y con una frecuencia de 2 veces a la semana. Es recomendable aportar magnesio de forma adicional en regiones en las que el agua de riego contenga un nivel alto de calcio. El potasio promueve la formación de más botones y plantas más compactas. El exceso de nitrógeno se traduce en un crecimiento vegetativo excesivo y una menor floración, además de que estas plantas sean más sensibles a las plagas y enfermedades.
Para su inducción floral, una vez que la planta ha adquirido el tamaño adecuado, es recomendable bajar la temperatura entre 7 y 10ºC durante seis a nueve semanas según la variedad cultivada. La Primula acaulis tiene una cierta respuesta al fotoperiodo, de forma que si estas plantas se someten a una duración del día de 14 horas y una temperatura entre 13 y 16ºC se induce más rápidamente a floración, reduciendo en unos días su tiempo de cultivo.
El uso del fotoperiodo para la inducción a floración permite programar los cultivos para situar la venta de esta planta en periodos diferentes a su época natural, así como cultivarla en zonas durante épocas adversas. También hay que recalcar que las nuevas variedades que van apareciendo en el mercado tienen una mejor respuesta a la horquilla de temperaturas que hemos mencionado, facilitando notablemente las condiciones de cultivo.
Uso de reguladores de crecimiento en Primula acaulis
Entre las técnicas de cultivo profesional de la Primula acaulis se encuentra la aplicación de reguladores de crecimiento para mantener la planta compacta. Algunos de los productos utilizados son:
- Daminozide. Su nombre químico es ácido N-dimetilaminosuccínico y como ingrediente activo actúa como un regulador del crecimiento vegetal que es absorbido rápidamente por hojas, raíces y tallos, con traslocación y acumulación en raíces, frutos, etc. Retarda el crecimiento y reduce la brotación. Controla la longitud del tallo y el desarrollo floral. Interfiere la biosíntesis de las giberelinas y, al mismo tiempo, se comporta como estimulante de los órganos productivos.
- Paclobutrazol – Bonzi. Su nombre químico es (2RS, 3RS)-1-(4-clorofenil)-4,4-dimetil-2-(1H-1,2,4-triazol-1-il)-3-pentanol. Su sustancia activa, el Triazol, es un regulador del crecimiento vegetal que se absorbe pasivamente por las raíces, tallos y hojas, y se mueve por el xilema en sentido acrópeto hacia las hojas y yemas. No hay movilidad en el floema. Inhibe la biosíntesis del ergosterol y su vida media en el suelo depende del tipo de suelo y del clima, pero en general se sitúa entre 6 y 12 meses.
- Propiconazol. Su nombre químico es (±)-1-[2-(2,4-diclorofenil)-4-propil-1,3-dioxolan-2-ilmetil]-1H-1,2,4-triazol. Aunque en realidad es considerado como producto sistémico con actividad fungicida de aplicación foliar y acción preventiva y curativa., también tiene una interesante acción como regulador de crecimiento.
El uso de estos productos deben de realizarse o no en función de la legislación al respecto del país donde se cultiva. Del mismo modo, las dosis dependen del momento de aplicación y deben realizarse pruebas ya que según el vigor y momento de la planta pueden ocasionar plantas compactas pero demasiado pequeñas en relación al tamaño de su maceta, perdiendo valor comercial.
Parámetros a tener en cuenta para su aplicación es comenzar su aplicación cuando las plantas están bien enraizadas y sus hojas sobrepasan ligeramente el borde de la maceta. También es conveniente realizar varias aplicaciones a dosis bajas que no una a dosis máxima ya que perderemos el control sobre su crecimiento sin posibilidad de echar marcha atrás si nos hemos equivocado o cambian las condiciones climáticas del cultivo.
Fisiopatías de la Primula acaulis
En ocasiones, durante el cultivo de la Primula acaulis nos podemos encontrar con una serie de problemas que no están asociados a plagas o enfermedades. Estos problemas son el resultado de unas malas prácticas de cultivo, creando desordenes de la planta que afectan a su correcto crecimiento, una predisposición a sufrir problemas fitosanitarios e incluso en ocasionas hasta la muerte de la planta. A continuación nombramos algunos ejemplos:
- Ceguera de la planta de cara a la floración. Puede causarlo un fotoperiodo corto, periodos con alternancia de altas y bajas temperaturas que confunden a la planta, un trasplante tardío que altere su desarrollo normal, exceso de abonado nitrogenado, etc.
- Crecimiento exagerado en roseta. Las plantas desarrollan excesivas capas de follaje con grandes hojas. Suele ser una respuesta de la planta al exceso de frío, tendiendo a producir gran cantidad de flores y por lo tanto semillas para asegurarse su supervivencia. Cuando aparece este síntoma, rara vez se pueden recuperar.
- Subida a flor. Se denomina así cuando en vez de emitir sus flores directamente desde la base de la planta, lo hace elongando anormalmente un tallo floreal y desde el extremo de este parten los pedúnculos y flores. Esto suele darse cuando las temperaturas son altas en condiciones de días largos.
- Decoloración del follaje superior. La descoloración de las hojas superiores de planta puede ser debido a que el sustrato tenga unas temperaturas demasiado bajas, inhibiendo la absorción de hierro.
Plagas y enfermedades de la Primula acaulis
Las plagas más comunes que se pueden presentar son el pulgón, la araña roja, el thrips, la mosca blanca, el minador y las orugas. Todas ellas son fáciles de controlar con los insecticidas sistémicos recomendados para cada caso, teniendo la precaución de actuar nada más detectar los primeros síntomas, procurando rociar toda la planta e incluso el envés de las mismas para llegar a zonas, donde por ejemplo la araña roja y la mosca blanca suelen concentrar su presencia.
En el caso de las enfermedades, la Primula acaulis puede verse atacada por muchas de ellas, sobre todo si mantenemos unas malas prácticas de cultivo, como por ejemplo una densidad de cultivo excesiva, mala nutrición, escasa aireación, exceso de sombra, humedad relativa alta, etc. A continuación nombramos algunas de las más propensas a presentarse durante el cultivo.
- Botrytis cinerea. También llamada Moho Gris, aparece con el exceso de humedad junto a la falta de ventilación y temperaturas ambientales bajas. Puede aparecer en sus flores y hojas.
- Alternaria sp o Manchas de hoja. Aparecen sobre las hojas en condiciones de humedad alta, favorecida cuando se da una fertilización excesiva de nitrógeno y deficiencia de ventilación. Afecta a las hojas de la parte inferior y media, produciendo manchas de color gris marrón con un margen marrón profundo en la superficie de la hoja.
- Pythium sp y Phytophthora sp. Son consideradas enfermedades de raíz. Les favorece el exceso de riego, un suelo que drena mal, que se estanque el agua durante un tiempo excesivo. Hay que regular la frecuencia y cantidad de riego y si la zona de cultivo tiende a crear zonas inundadas, elevar las plantas sobre él.
- Physarum Gyrosum – Moho mucilaginoso. No es en sí una enfermedad, sino que es un hongo que crece sobre la superficie de la hoja cuando se da la combinación de humedades altas, poca aireación y baja luminosidad. Se puede retirar con riego a presión sobre la planta y por supuesto evitando que se den las condiciones que lo favorecen.
- CMV – Virus mosaico del pepino. Es un virus común y se transmite por pulgones y por contacto con herramientas infectadas de otra planta. Los síntomas son decoloración amarilla alargada sobre pétalos y hojas. Las plantas afectadas deben ser retiradas y eliminadas para evitar contagios.
- Erwinia carotovora – Pudrición blanda bacteriana. Aparece en caso de infección con temperaturas inferiores a 24ºC, humedad relativa alta y suelo demasiado húmedo. Ataca a la parte basal de la planta y se caracteriza por una pudrición de color verde oscuro que provoca el marchitamiento total de la planta.
- Pseudomonas syringae. Esta bacteria puede infectar cualquier parte de la planta, especialmente si están débiles. En las hojas provoca manchitas marrones rodeadas de un halo amarillo. Como en todos los casos de bacterias, las plantas afectadas deben ser retiradas y eliminadas para evitar contagios.
- Pseudomonas marginalis.- Es una enfermedad bacteriana que le favorecen las humedades altas y temperaturas superiores a los 24ºC. Se manifiesta mediante manchas en las hojas mediante una pudrición de color marrón con margen de color amarillo salpicando toda la superficie foliar. Retirar y eliminar las plantas afectadas para evitar contagios.
- Ramularia primulae. Otra enfermedad bacteriana producida por esta bacteria que aparece en las hojas en condiciones de alta humedad, exceso de fertilización de nitrógeno o la falta de abono y ventilación insuficiente durante todas las fases de crecimiento de la planta. Produce manchas de color café con un margen amarillo sobre la superficie de la hoja.
Flores de Primula acaulis
Como adelantábamos al principio, las flores de Primula acaulis son de vivos colores y en una diversidad varietal impresionante, gracias a las constantes hibridaciones que llevan a cabo las empresas productoras de semillas de esta planta. Destacar que con estas hibridaciones, no sólo se consigue variedad en color de flores, sino también diversidad en plantas… que comportan diferencias en tamaños de hojas, densidad de las mismas, precocidad en la floración, abundancia de éstas, etc.
Las flores de Primula acaulis son muy llamativas, creciendo reunidas en densos grupos globosos dispuestos en forma de roseta en el centro de su follaje. Sus colores abarcan prácticamente toda la gama: blancos, rosas, amarillos, azules, rojos… e incluso bicolores con mezclas armoniosas e impactantes. También hay variedades consideradas de flores semidobles, con corolas más densas.
Sus flores son muy bellas tanto de lejos como de cerca, en las que algunas de ellas pueden ser todo un espectáculo para la vista. Muestra de ello son las imágenes que os ofrecemos bajo los títulos Fondos de pantallas Primula solar, Flor amarilla o Primavera verde. Imágenes que os podéis descargar de forma gratuita.
En jardinería, las flores de Primula acaulis consiguen su máximo esplendor en el jardín cuando sus plantas son utilizadas en grupos, creando formas sobre el césped sobre el que contrasta elegantemente. Es recomendable plantar los grupos siempre utilizando variedades con flores del mismo color, o en su defecto, agruparlas y distribuirlas mediante un orden inteligente.
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