Icono del sitio Revista de Flores, Plantas, Jardinería, Paisajismo y Medio ambiente

Ficus macrophylla

Ficus macrophylla monumental

El Ficus macrophylla es un árbol ornamental utilizado en la jardinería paisajística, sobre todo en la pública más que en la privada, debido a las grandes dimensiones que puede llegar a alcanzar.

Si el clima le es favorable y las condiciones de suelo y espacio también, llegan con el tiempo a convertirse en verdaderos árboles monumentales, como, por ejemplo, los que se pueden encontrar en la ciudad de Valencia (España). Hay varios en la zona, pero uno de los mayores se presenta como el gran Ficus del Parterre. Este tiene un perímetro de tronco de unos 13 metros, una altura total de copa sobre los 23 metros de altura, sobrepasando los 35 metros de diámetro y generando una zona de sombra cercana a los 1.000 metros cuadrados.

Ficus macrocarpa o Ficus magnolioides

Al Ficus macrophylla tiene como sinónimos botánicos los nombres de Ficus macrocarpa Hügel ex Miq y Ficus magnolioides Borzi. Y como más comunes los de higuera australiana, bayán australiano e higuera de la Bahía Moreton.

Pertenece a la familia Moraceae y es nativo Australia. En concreto del este, de la zona tropical de Queensland y del norte de Nueva Gales del Sur. Actualmente, dada su utilización en paisajismo, es cultivado por viveros de todo el mundo.

Etimológicamente, Ficus procede del latín Ficus-i haciendo alusión a su fruto, el higo. Y macrophylla, en cambio, procede del griego makros (que significa grande) y phyllon (hoja), si bien, hay otras especies de ficus que emiten hojas mucho más grandes que esta.

El Ficus macrophylla se puede describir como un árbol de hoja perenne, que puede alcanzar una gran envergadura y superar los 60 metros de altura en condiciones óptimas. Este desarrolla un imponente tronco de forma irregular, de corteza lisa y color grisáceo. En su proceso de crecimiento, sus ramas inferiores emiten raíces aéreas tabulares que, una vez llegan al suelo, le sirven de apoyo a estas ramas, convirtiéndose en nuevas y potentes raíces que contribuyen a seguir alcanzando dimensiones extraordinarias.

Su sistema radicular es bastante superficial, extendiéndose de forma amplia alrededor del árbol.

Su copa extendida es densa, aunque su madera es algo blanda, por lo que, en casos de fuertes vientos, pueden desgarrarse si soportan exceso de masa foliar.

Sus hojas tienen forma oblongo-ovadas, algunas anchamente elípticas. Su tamaño es grande, de 10 a 25 centímetros de largo por unos siete a 12 de ancho. Manifiesta una textura coriácea, siendo su superficie glabra y de color verde oscuro brillante por el haz, y más claro cubierto de una pubescencia herrumbrosa por el envés. Su nervadura es fina y poco notable, excepto el nervio medio que es de color notablemente amarillento.

Es un árbol monoico, lo que implica que cada árbol produce flores masculinas y femeninas. Y como ficus, … Como todas las higueras, produce en este caso pequeños higos de unos dos centímetros y medio de diámetro. Estos son inicialmente verdes, tornándose a púrpura con manchas más claras conforme maduran.

Cultivo del Ficus macrophylla

Aunque se ha avanzado que es cultivado en viveros repartidos por todo el mundo, el cultivo del Ficus macrophylla minoritario comparado con otros ficus ornamentales como por ejemplo el Ficus benjamina, Ficus elastica, Ficus lyrataFicus pandurata, etc.

Su multiplicación es relativamente fácil mediante esqueje y por acodo aéreo. En el primer caso, el más corriente a nivel profesional, se esqueja preferentemente en bandejas forestales dado el tamaño de los esquejes. Estas se llenan con un sustrato turboso, con pH sobre 6,5 y ligeramente fertilizado. Se realizan esquejes apicales o interdonales y durante el proceso de enraizado se utiliza nebulización para evitar que se deshidraten.

Estos, con una temperatura de unos 25 °C, humedad ambiente saturada y sin corrientes de aire, puede enraizar fácilmente en 20 días, teniendo un buen cepellón a los 45 o 60 días. Momento en que ya se pueden trasplantar a una maceta mayor.

En el caso de acodo aéreo, el tiempo es menor, enraíza fácilmente, aunque el proceso es más laborioso. Este método se realiza básicamente cuando se requieren pocos ejemplares.

Una vez enraizado y trasplantado, se puede continuar su cultivo al exterior, regando y abonando con frecuencia. Es un ficus muy vigoroso y de rápido crecimiento. Durante el proceso conviene tutorarlo con una caña para favorecer su crecimiento erguido y forme un buen tronco.

Cuando alcance la altura deseada se pinza para favorecer el desarrollo de sus raíces a partir de cierta altura. Es un ficus de porte arbóreo y no arbustivo.

Sobre un año de cultivo o dos, dependiendo del formato, ya está listo para ser plantado en el terreno de cultivo. No suele ser utilizado como planta de interior y sí como planta de arbolado urbano.

Respecto a las plagas y enfermedades del Ficus macrophylla, la cochinilla algodonosa es la plaga que más le puede afectar, así como la araña roja en verano. Sobre enfermedades, es un árbol muy rústico, con apenas problemas, si el terreno goza de constante humedad y volumen suficiente para albergar su sistema radicular.

Cuidados del Ficus macrophylla

Al tratarse de una especie muy rústica, los cuidados del Ficus macrophylla son más bien escasos. Lo importante es, sabiendo sus características botánicas, prever sus necesidades dentro de varios años.

Así, debemos tener en cuenta que es una especie resistente a condiciones variadas, si bien no tolera bien los fríos excesivos (heladas), especialmente cuando joven.

A la hora de su plantación, se elegirá una exposición a pleno sol y con el máximo espacio a su alrededor posible. Un solo árbol de Ficus macrophylla, necesitará varios cientos de metros cuadrados para sí solo en pocos años.

El terreno debe ser profundo, fértil y con capacidad de retener el agua, aunque sin llegar al encharcamiento.

Es importante el no plantarse cerca de la vivienda y piscinas, porque su sistema radicular terminará dañándolas. Este es muy potente y más con el tiempo.

La poda se limita a mantener al Ficus macrophylla en las dimensiones deseadas, por lo que simplemente se cortarán ramas no deseadas, las dañadas por el viento, el frío, un pinzado para mantenerlo frondoso y poco más. La época propicia para las podas es durante la época cálida del año.

Si se tiene que cortar ramas muy gruesas, conviene aplicar un sellante protector en la herida para evitar que sea una entrada de enfermedades. Recordemos que su madera no es muy densa.

Si se desea, se puede crear un muro de contención para su sistema radicular, aunque con el tiempo, terminará sobrepasándolo.

Curiosidades del Ficus macrophylla

Entre las curiosidades del Ficus macrophylla se encuentran:

Salir de la versión móvil