Icono del sitio Revista de Flores, Plantas, Jardinería, Paisajismo y Medio ambiente

Acelga

Acelgas de pencas anchas

La acelga es una planta hortícola laxante y digestiva de grandes hojas. Normalmente se consume cocida y aderezada, o bien sola o como acompañante (guarnición) de carnes, pescados, etc. Desde el punto de vista de su sabor, es semejante al de las espinacas aunque algo más suave. Tras la espinaca, es una de las verduras más ricas en calcio.

Su cultivo es bastante fácil y es una hortícola ideal para todo tipo de huertos urbanos, desde los ubicados en campos agrícolas y jardines siendo plantadas en pleno campo, como en los de terrazas o balcones con cultivo en maceta y jardineras en plena urbe.

Beta vulgaris

Se documenta que el origen de la acelga es de las regiones costeras de Europa, a partir de la especie Beta marítima o acelga marina. Los árabes fueron quienes iniciaron su cultivo hacia el 600 a.C. y tanto los griegos como los romanos la utilizaron no sólo como alimento, sino también como planta medicinal.

Su nombre científico es Beta vulgaris y pertenece a la familia Quenopodiáceas. Es una hortícola herbácea bianual de ciclo largo, de la que sólo son consumidas sus grandes hojas verdes y las carnosas pencas blancas, o de colores según la variedad.

Su raíz es bastante profunda y fibrosa. En cuanto a sus hojas son grandes de forma oval tirando hacia acorazonada, con un pecíolo llamado penca que puede ser más o menos ancha y larga que se prolonga en gran parte del limbo, el color de esta penca suele ser de color crema o blanca, aunque también puede ser amarilla, naranja o roja en el caso de las llamadas acelgas de colores. Respecto al color del limbo varía según variedades entre el verde oscuro fuerte y verde claro.

Su floración se presenta en un vástago floral que alcanza una altura promedio de 1,20 metros. La inflorescencia está compuesta por una larga panícula. Para que la acelga florezca necesita pasar por un período de temperaturas bajas. Sus flores son sésiles y hermafroditas pudiendo aparecer solas o en grupos de dos o tres. Estas poseen un cáliz de color verdoso y poseen cinco sépalos y cinco pétalos. Cuando son fecundadas se forma un pequeño fruto que se le suele llamar erróneamente semilla ya que en realidad contiene de 3 a 4 semillas muy pequeñas.

La acelga en España, origen y producción

La acelga en España tiene cierta importancia en algunas zonas del litoral mediterráneo como por ejemplo en Barcelona, Murcia, Valencia, Málaga y Cádiz, en el interior en Badajoz, Madrid y Zaragoza, así como en la zona norte de España, la cual está muy presente en la dieta atlántica.

Básicamente la producción es para consumo en el propio país, aunque como venta al exterior, prácticamente se encuentra Francia como país receptor.

Gracias al juego varietal y técnicas de cultivo, podemos encontrar acelgas en el mercado durante todo el año, lo que ha permitido incrementar su consumo. Destacar que la mejor época para su consumo en fresco es a finales de otoño y principios de primavera en cultivo al aire libre en el Hemisferio Norte.

Las podemos comprar en mata entera mediante manojos, hoja y penca, o segada de forma similar a la espinaca… y por supuesto más industrialmente congelada y en bolsa en la modalidad de IV Gama (lavada y cortada). En algunos establecimientos se realizan pre envasados en bandejas recubiertas en un film de plástico.

Los manojos son de tamaños variables y se presentan atados mediante bandas elásticas, material vegetal o recubriendo los peciolos con plástico quedando en el exterior los limbos foliares. Las plantas enteras pequeñas se comercializan formando también manojos atados con los mismos sistemas. En caso de comprarlas frescas, hay que consumirlas en el menor tiempo posible para que no pierdan sus propiedades nutritivas. En el frigorífico se pueden conservar unos 4 días, mejorando sus condiciones de conservación si se introduce sin lavarlas en una bolsa perforada.

Para una distribución óptima, el transporte debe realizarse en vehículos refrigerados con una temperatura que oscile entre los 0 y 4ºC y una humedad relativa mayor al 95%. También, deben de evitarse el amontonado de los manojos a fin de minimizar daños por aplastamiento y que el calor de respiración del producto se acumule.

Aunque generalmente esta práctica no se realiza en acelgas, el empleo de atmósferas modificadas permite prolongar su conservación durante uno o dos meses. La concentración de oxígeno debe ser del 10% y del 2-3% de anhídrido carbónico.

Para identificar en fresco las mejores acelgas, debemos prestar atención a aquellas que posean las hojas bien tersas, brillantes y con un color verde uniforme. Conviene que las pencas, peciolo y nervio principal, sean duras y de color blanco.

La acelga se recomienda en dietas de adelgazamiento por ser un plato muy escaso en aporte calórico, aunque se deben limitar en aquellas personas propensas a cálculos biliares y renales por los oxalatos que contienen.

Cultivo de la acelga

Como hemos adelantado, el cultivo de la acelga (Beta vulgaris) en España está concentrado de forma relevante en las provincias de Barcelona, Murcia, Valencia, Badajoz, Málaga, Cádiz, Madrid y Zaragoza. Eso no quiere decir que no se cultive en otras provincias, pero sí en mucha menos cantidad.

Para su cultivo debemos de tener en cuenta una serie de factores para asegurarnos una buena cosecha. La preparación del terreno es muy importante y para ello se dará una labor profunda al suelo y abonará con un aporte de estiércol y el abonado de fondo. La acelga necesita suelos de consistencia media y vegeta mejor cuando la textura tiende a ser arcillosa, que cuando es arenosa. Requiere suelos profundos, permeables, con gran poder de absorción y ricos en materia orgánica en estado de humificación.

Soporta muy bien la salinidad del suelo, resistiendo bien a cloruros y sulfatos, pero no tanto al carbonato sódico. Requiere suelos algo alcalinos, con un pH óptimo de 7,2 vegetando en buenas condiciones en los comprendidos entre 5,5 y 8. No tolera los suelos ácidos.

Si pretendemos recolectar la acelga por corte de hojas, se cultivará en caballones, con una separación entre sí de 40 a 50 centímetros. Y si pretendemos recolectarlas como plantas enteras, es más interesante hacerlo en eras con unas dimensiones de metro y medio por unos cinco de longitud, dejando pasillos para facilitar la recolección en el sentido longitudinal.

La siembra de la acelga se realiza normalmente de forma directa, colocando de 2 a 3 semillas por golpe sobre el surco, distanciados unos 30 ó 40 centímetros.

Las épocas de siembra en zonas frías es de octubre-marzo. En zonas cálidas o tempranas durante todo el año. En una hectárea se pueden plantar unas 86.000 plantas, utilizando unos 8 ó 10 kilos de semilla, y el cultivo viene a durar de 50 a 70 días.

También se puede realizar un semillero en invernadero y repicando las plantas cuando tienen cuatro o cinco hojas. Con ello se adelanta el cultivo un mes con respecto a las plantas de siembra directa.

La siembra directa requiere de aclareo cuando las plantas tienen 3 ó 4 hojas. Se realiza en cada golpe de siembra, dejando una sola planta. Estas plantas se eliminarán cortándose con ayuda de una navaja o tijera para evitar el desarraigar a la que deseamos que permanezca en cultivo.

Durante el cultivo, sobre todo desde el principio, conviene mantener el suelo limpio de malas hierbas. Si se desea utilizar acolchados, es recomendable emplear láminas de polietileno opacas de unas 100 galgas de grosor.

En cuanto al abonado, la acelga requiere niveles de nitrógeno elevados desde que comienza el rápido crecimiento de la planta hasta el final del cultivo. Del potasio no son tan elevadas. Un abonado de fondo puede ser de unos 50 gramos por metro cuadrado de un complejo del tipo 8-15-15.

Ya en cultivo, se puede aplicar en fertirrigación otros 50 gramos por metro cuadrado del mismo complejo repartido lo más homogéneamente posible a lo largo de todo el cultivo. Destacar que si recolectamos sólo sus hojas, el ciclo de cultivo puede ser de hasta 5 meses, aportando entonces sobre 1,5 gramos de abono por metro cuadrado a la semana.

Sobre el riego, la acelga… debido a su gran masa foliar, necesita en todo momento mantener en el suelo humedad, evitando que la planta acuse síntomas de deshidratación y evitar así que los tejidos se embastezcan.

Debemos de saber que la acelga es una planta de clima templado y que le perjudican bastante los cambios bruscos de temperatura, hasta el extremo que de producirse de forma continuada le puede inducir a la subida de flor.

La acelga se hiela cuando las temperaturas son menores de -5ºC y detiene su desarrollo cuando las temperaturas bajan de 5ºC. Las temperaturas de desarrollo vegetativo están comprendidas entre un mínimo de 6ºC y un máximo de 27 a 33ºC, con una media óptima entre 15 y 25ºC.

Datos técnicos de cultivo de las Acelgas

A continuación expondremos de forma más esquemática los datos de cultivo de las Acelgas:

En cultivo:

Variedades de acelga

Además de hablar de variedades de acelga, hay que hablar de tipos. La elección para su cultivo dependerá del mercado al que va orientada, así como la climatología prevista durante el mismo.

Sus grandes hojas y pecíolo (penca) constituyen en su conjunto la parte comestible de ella. En cuanto al color suele variar según las variedades sin que por ello afecte a sus propiedades nutritivas.

Las variedades de acelga se pueden clasificar según el ciclo de cultivo al que se adaptan mejor: variedades de producción primaveral-estival y variedades de producción otoño-invierno.

Las variedades de acelga de producción primaveral-estival se pueden clasificar a su vez en:

Las variedades de acelga de producción otoño-invierno se pueden clasificar a su vez en:

Otra clasificación posible de las variedades de acelga puede ser según sus características:

En cuanto a las variedades de Acelga más conocidas encontramos:

Otras variedades de interés son la Verde penca blanca, R. Niza, Paros, Green y Fordook Giant.

Acelgas de colores

No es un rareza el encontrar acelgas de colores en la tiendas, si bien es cierto que las más habituales son las de pencas blancas (nervio central de color blanco o crema).

Las Acelgas de colores suelen utilizarse en los huertos urbanos, y en especial en aquellos situados en terrazas y áticos. Las hay amarillas, naranjas, rojas… y tienen la peculiaridad de ser igual de nutritivas que las blancas tradicionales, además de tener un valor ornamental que ayuda a crear ambientes cromáticos en el contexto del huerto.

Al igual que las acelgas más populares, también poseen grandes hojas con su pecíolo que constituyen en su conjunto la parte comestible de ella. También se consume cocida y aderezada sola, o bien como acompañante (guarnición) de carnes, pescados, etc. si bien su color ayuda a darles un plus a los platos cocinados con ellas.

Su cultivo es igual al resto de variedades tradicionales. Con un sobre de semilla, que normalmente vende mezclas de variedades, será más que suficiente para una temporada ya que suele haber muchísimas semillas en cada uno de ello.

Tras la siembra y germinación, pronto se comienza a ver en sus nervaduras (nervios que componen el tejido vascular de la hoja de una planta) el color característico de la variedad, recomendando en el caso de no poder cultivar un gran número de ellas, seleccionarlas para tener el mayor número de colores posible.

Cuando cultivemos Acelgas de colores en las terrazas y áticos, podemos potenciar este aspecto eligiendo macetas o jardineras de colores apropiados a la variedad. E incluso podemos colocar iluminación detrás de ellas para potenciar estos colores al atardecer o durante la noche.

Su cultivo y recolección… idéntico al resto de tipos y variedades de acelga.

Plagas y enfermedades de la acelga

En el huerto se nos pueden presentar algunas plagas y enfermedades durante el cultivo de la acelga. A continuación destacamos los más relevantes.

Plagas de la acelga:

Enfermedades de la acelga:

Propiedades de la acelga

Entre las propiedades de las acelgas y desde el punto de vista de sus beneficios para la salud, al igual que la mayoría de las hortalizas de hoja proporciona poca energía, aunque contiene algunos carotenoides, vitamina C y folato.

Como tradición popular la acelga es conocida como una verdura refrescante, laxante y diurética, utilizada en inflamaciones del aparato urinario, el estreñimiento, hemorroides y dermatosis. También, tradicionalmente, una vez cocida y bien triturada las acelgas, pueden usarse para cataplasmas sobre quemaduras, abscesos, forúnculos, tumores y hemorroides.

Dentro de las numerosas aplicaciones medicinales y alimenticias de las que goza la acelga, en ensalada con zumo de limón fortalece el estómago y vigoriza el cerebro, así como desinflama los nervios. También se aconseja tomarla como zumo junto con berro a partes iguales en ayunas contra los cálculos biliares.

Está documentado que la acelga es beneficiosa en enfermedades como las inflamaciones de los riñones, uretra y pelvis renal, trastornos del hígado, inflamaciones de la vesícula biliar, cólicos hepáticos y nefrítico, gota, reumatismo, diabetes, enfermedades de piel como excemas (enfermedades en las que existe una inflamación de la piel), úlceras, llagas, hemorragias de los intestinos, inflamaciones del duodeno, enterocolitis, asma, supresión de la orina, emisión difícil o dolorosa de la orina, vómitos de sangre, etc. Para todos estos casos se usará la acelga en forma de ensalada o cocida a vapor, o mejor aún, en forma de zumo.

Otras propiedades de las acelgas en la modalidad de cataplasma es utilizándola en el alivio de las hemorroides, úlceras, heridas, llagas. Contra el reumatismo se usa cataplasma de las hojas frescas de la acelga con apio. En enemas se usa la acelga en cocimiento y alivia los pujos en las diarreas sanguinolentas.

Salir de la versión móvil