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Amaryllis belladonna

Flores de Amaryllis belladonna

La Amaryllis belladonna es una planta perenne y bulbosa de flores espectaculares de aspecto atrompetadas que aparecen antes que las hojas. Dada sus características vegetativas es una planta empleada en jardinería de forma naturalizada.

Su nombre científico es Amaryllis belladonna, pertenece a la familia Amaryllidaceae y es nativa de Sudáfrica. Además se le conoce con otros muchos nombres comunes y como ejemplos de ellos podemos citar el Amarilis, Amariles, Azucena de San Miguel, Azucena rosa, Azucena de Santa Paula, Azucena de Marzo, Azucena Rosada, Belladona, etc.

Es una planta bulbosa de bulbo globoso y muy grande, pudiendo alcanzar diámetros superiores a los diez centímetros. Este entra en reposo tras la vegetación con la llegada del calor.

Sus hojas pueden medir hasta el medio metro de largo, son anchas, acintadas, basales, semierguidas y de color verde oscuro. Esta planta adquiere volúmenes de unos 50 a 80 centímetros de altura y de unos 40 a 50 de anchura

Sus flores son grandes, de unos 10 a 15 centímetros de largo en forma de embudo, aromáticas y de color rosado. Pueden ser simples o semidobles y nacen en número de dos a cuatro unidades en la extremidad de un largo tallo floral robusto, de forma cilíndrica y color púrpura.

Esta planta es muy confundida con el popular Hippeastrum, que también pertenece a la familia Amaryllidaceae.

Diferencias entre Amaryllis belladonna e Hippeastrum

En comparativa con el Hippeastrum, el Amaryllis belladonna es mucho más utilizada como planta de jardín y no tanto como planta ornamental en maceta.

Su floración se produce normalmente en los meses de invierno y las flores surgen en el extremo de largos tallos, normalmente algo más largos que en el caso del Hippeastrum.

También el abanico de colores de sus flores es mucho más reducido y aunque sutiles, el Hippeastrum ha desarrollado un juego varietal mucho más extenso y espectacular incluyendo variantes bicolores.

Cultivo del Amaryllis belladonna

La plantación del Amaryllis belladonna es sencilla y prácticamente con total garantía de éxito. Aunque esta planta la podemos cultivar en maceta, lo ideal es plantarla en el jardín componiendo grupos que en el momento de su floración creen atractivas zonas de color con sus exóticas flores de gran belleza.

Elegiremos preferentemente los lugares luminosos y si no disponemos de ellos los de semisombra, pero nunca los umbríos.

Es una planta que resiste el frío mientras las heladas sean moderadas, por lo tanto, si vemos que estas van a ser fuertes, debemos protegerlas.

Se recomienda mejorar el suelo ya que prefiere los terrenos fértiles y bien abonados. Por ello, es conveniente fertilizarlos antes de la plantación y mejorarlos con turba, sustratos ricos en materia orgánica o estiércol bien fermentado. También le gustan los suelos bien drenados, por lo que no nos excederemos en la aportación de materia orgánica.

Los bulbos se plantan con su cuello a nivel del suelo, sin enterrarlos totalmente.

Una vez plantados y comenzada su brotación, el desarrollo del Amaryllis belladonna es continuo y mantenido, dando la percepción de que constatamos este crecimiento día a día. Según la temperatura de donde se encuentre, puede que las diferentes fases de desarrollo sean más o menos rápidas, pero en todos los casos… podemos afirmar que ‘la vemos crecer’.

A los cuatro días de la plantación ya comienzan a emerger las yemas por la parte superior del bulbo. Estas corresponden a la del escapo floral y al de algunas de sus hojas.

A las dos semanas ya se aprecian perfectamente sus tallos y botones florales. Y poco después, comienzan a abrirse sus flores y emitir con fuerza sus largas y también elegantes hojas.

En cuanto al riego, tras el riego de plantación, durante los primeros días de cultivo basta con mantener tierra húmeda. Cuando empiezan a brotar las hojas, se les proporcionará riegos escasos que irán aumentando hasta la floración. Debemos evitar los encharcamientos.

Para mantener el nivel de nutrición adecuado del Amaryllis belladonna se puede abonar cada dos semanas con un poco de fertilizante líquido en el riego, desde que aparece el tallo tras la plantación hasta que las hojas se marchitan. Un equilibrio adecuado puede ser un 1-0,5-1. Cuando sus hojas comiencen a dar síntomas de aletargo, debemos suspender el abonado hasta la siguiente plantación o rebrotes de las hojas.

Si no arrancamos los bulbos, estos se mantendrán secos durante el verano. Con las primeras lluvias otoñales o riegos del jardín, comenzará su nueva brotación.

El Amaryllis belladonna puede permanecer en su lugar de plantación durante varios años.

Cultivo del Amaryllis belladonna como planta de interior

Si la plantamos en una maceta, esta tendrá un diámetro equivalente al doble del tamaño del bulbo para que vegete bien.

Podemos utilizar un sustrato del tipo “sustrato para plantas de interior”, aunque dada la rusticidad de esta planta, en un “sustrato universal” o “sustrato de plantas de exterior” también puede funcionar sin problemas.

Comenzaremos la plantación poniendo una base de sustrato en el interior de la maceta, introduciremos el bulbo del Amaryllis belladonna en posición vertical y rellenaremos la maceta con el sustrato dejando la base del tallo del bulbo a ras del sustrato.

Regaremos y durante los primeros días procuraremos mantener el sustrato húmedo sin excederse. Paulatinamente iremos aumentando los riegos en cantidad y frecuencia según vaya creciendo la planta. Normalmente es suficiente con asegurarle un sustrato húmedo.

Dado que la Amaryllis belladonna es una planta de flor, en el interior del hogar conviene ubicarlas en lugares muy luminosos. Recordemos que es una planta que no soporta las heladas a menos que sean débiles (-3ºC).

En cuanto al abonado, conviene abonar cada 15 días con un poco de fertilizante líquido en el riego desde que aparece el tallo tras la plantación hasta que las hojas se marchitan. Suspender entonces hasta la siguiente plantación o rebrotes de las hojas.

Plagas y enfermedades del Amaryllis belladonna

Los posibles problemas en cuanto a plagas y enfermedades del Amaryllis belladonna son relativamente pocos.

Estamos ante una planta de rápido crecimiento, de época invernal en las que la mayoría de plagas no tienen su mejor momento y por lo tanto con escasos riesgos. Pero aun así, se pueden plantear algunas plagas y enfermedades.

Algunas enfermedades del Amaryllis belladonna:

Algunas plagas del Amaryllis belladonna:

Cómo conservar el bulbo de Amaryllis belladonna

¿Qué hacer una vez que el Amaryllis belladonna ya ha florecido? Pues conservarlo para la siguiente campaña. Podemos disfrutar de esta planta durante muchos años.

Unos consejos prácticos de cómo conservar el bulbo del Amaryllis son:

Y ya sólo queda esperar el momento de la siguiente plantación.

Multiplicación del Amaryllis belladonna

Como planta de flor, el Amaryllis belladonna puede multiplicarse por semillas, aunque en este caso se debe esperar de 2 a 3 años para que emita sus flores ya que no lo hace hasta que el bulbo alcanza un diámetro mínino, síntoma de madurez.

Lo más común es multiplicarlo por división de los bulbos que se encuentran al pie de la planta madre durante el período de reposo. Esta operación la podemos llevar a cabo cada tres o cuatro años.

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