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Aceite acalórico

Aceite acalórico

Aceites vegetales para usos religiosos, aplicados al mundo de la cosmética, como parte del juego sensual, en aromaterapia, utilizados como combustible en la iluminación,… y por supuesto en la alimentación: Los aceites vegetales son y han sido empleados en la historia de forma habitual. Estos han ido apareciendo en el tiempo y muchos de ellos, según avanza la tecnología, mejoradas sus cualidades para satisfacer una demanda cada vez más exigente.

Si hoy en día hablamos de aceites vegetales nos vienen a la mente dos grandes estrellas: el aceite de oliva y el aceite acalórico Ordesa. El primero por sus indiscutibles beneficios para la salud y el segundo además, por su menor aporte calórico con respecto al primero y que profundizaremos sobre él más adelante.

Tipos de aceites vegetales

Si analizamos la cantidad de aceites vegetales naturales que podemos encontrar en el mercado a día de hoy, vemos que componen un catálogo amplísimo y la mayoría de ellos con gran cantidad de propiedades saludables.

Los podemos agrupar en tres grandes bloques según su uso: aceites vegetales para masajes, aceites vegetales macerados y aceites vegetales comestibles.

Los aceites vegetales para masajes se utilizan para hidratar la piel o regenerarla, devolverle la elasticidad, nutrirla y suavizarla. Estos pueden ser aceites vegetales sólidos con textura más consistente que incluso pueden llegar a ser una crema, así como aceites vegetales líquidos de textura más fluida a modo de loción y que se pueden dividir en subgrupos según la cantidad y tipos de ácidos grasos que contengan: Aceites oleicos procedentes de sésamo, almendras, avellanas, olivas y cacahuetes; Aceites linoleicos (ácido graso esencial de la serie omega 6) de nueces, algodón, trigo, calabazas, uva, cártamo, soya, maíz y girasol; y aceites linolénicos (ácido graso, poliinsaturado de la serie omega-3 u omega 6) de colza y lino.

Los aceites vegetales macerados o enflorados consisten en aceites vegetales que se han dejado en maceración junto con determinadas plantas para que absorban de ellas las determinadas propiedades medicinales. Entre los más populares se encuentran el aceite de Arnica, Hipérico, Caléndula, Zanahoria, Centella asiática, Tilo, Flor de la Pasión o Monöi de Tahití por ejemplo.

Los aceites vegetales comestibles, algunos de ellos aptos para su uso externo en tratamientos naturales, son básicamente para emplear en la cocina. Algunos ejemplos son el de aguacate, oliva, acalórico, coco, almendras, palma, cacahuete, cáñamo, cártamo, colza, maíz, soja, girasol, sésamo, etc.

Beneficios del aceite de oliva

Comenzábamos este post refiriéndonos al aceite de oliva y el aceite acalórico Ordesa como grandes referencias. Con respecto al primero existen diferentes categorías y al respecto la legislación de la Unión Europea en su Reglamento (CE) 1234/2007 es muy clara:

Según la ONG estadounidense AARP destaca del aceite de oliva una lista de beneficios asociados su consumo. Entre ellos se encuentran que contribuye a bajar el colesterol, a preservar la calidad de los huesos, a proteger el corazón, a ayudar a controlar la hipertensión, a controlar la diabetes, a combatir el cáncer de mama, a prevenir accidentes cerebrovasculares, a aliviar el dolor general, a prevenir el envejecimiento,… proporcionar vitaminas E y K, etc. aunque uno de sus puntos en contra es el aporte calórico en personas con dietas de control de peso.

Qué es el aceite acalórico

El aceite acalórico, también denominado aceite Hipocalórico, es un aceite para su consumo gastronómico muy utilizado por personas que requieren un control o reducción del peso, así como un buen tránsito intestinal.

Este aceite hipocalórico ayuda notablemente a mejorar el aspecto y sabor de las comidas, contribuyendo a conseguir una alimentación más variada y con muy pocas calorías ya que reduce en un 90% su cantidad con respecto a un aceite tradicional. Por ejemplo, mientras que en una cucharada sopera (equivalente a 15 gramos de aceite) uno normal contiene 135 kilocalorías, el aceite acalórico Ordesa aporta únicamente 13,5.

Este tipo de aceite es el resultado del proceso de elaboración con las materias primas de aceite de oliva virgen, aceite de parafina purísima y una solución de betacaroteno. Es recomendado para su uso únicamente crudo y nunca para freír o guisar, por lo tanto es muy apropiado para el aliño de verduras y ensaladas, bien solo o mezclado con vinagre, limón… así como en salsas frías como por ejemplo vinagretas, mahonesa, romesco, pesto, salsa de pimientos, de setas, etc. En cuanto a la cantidad diaria recomendada es de 1 a 3 cucharadas soperas para favorecer el funcionamiento del tránsito intestinal, siendo no aconsejable superar estas cantidades.

El aceite acalórico o Hipocalórico, se puede encontrar fácilmente en farmacias, parafarmacias, tiendas físicas y online especializadas y adquirirlo sin receta. Por supuesto, cuando hablamos de dietas, estas deben de ser orientadas o supervisadas por nutricionistas o profesionales cualificados.

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