Jardines de kilómetro 0

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Jardines de kilómetro 0

Consumir frutas y hortalizas de proximidad es una práctica que goza cada día con más seguidores. Pues bien, los jardines catalogados como kilómetro 0 también se suman a esta tendencia.

Para entender este concepto, debemos partir de que la jardinería está en el punto de mira de mucha gente que, considera que crear espacios ajardinados con grandes necesidades de agua en lugares donde esta escasea, es un error y conlleva repercusiones para el Medio Ambiente. Una paradoja, plantar flores y plantas e ir en contra la salud del planeta.

Jardinería de kilómetro 0

Pero ¿qué es la Jardinería de kilómetro 0? De entrada, es una opción a la hora de abordar, ejecutar y disfrutar un espacio ajardinado. En su esencia, todos los materiales empleados deben de tener una procedencia lo más cercana posible para minimizar su huella de carbono.

La procedencia de las plantas utilizadas prevé que los viveros se encuentran cerca, pero no sólo de suministros sino también que esas plantas hayan sido cultivadas en él. No valdría plantas compradas en un vivero situado a un kilómetro de distancia, si estas plantas fueron traídas de otro país o zona lejana.

Lo mismo sucede con los materiales empleados, que en la medida de lo posible, deben ser fabricados en empresas cercanas. Y mejor aún, si estas, también tienen en cuenta suministrarse de materias primas producidas por proveedores cercanos.

En definitiva, todos los materiales y plantas deben mantener una trazabilidad para tener la seguridad de su distancia de procedencia real.

Esta situación limita enormemente el catálogo de plantas y productos para elaborar un determinado jardín, ya sea público o privado.

Es entonces cuando el paisajista o jardinero, entra en acción y consigue con las plantas y materiales disponibles, crear un jardín que cumpla las expectativas de sus propietarios.

Jardines de kilómetro 0

El agua en la jardinería de kilómetro 0

El agua en la jardinería de kilómetro 0 también juega su papel. ¿Y cómo? Optimizando su uso mediante equipos de riego que así lo permitan.

Por lo general, al utilizar especies de plantas de cercanía, muchas de ellas crecen perfectamente en el entorno por lo que están adaptadas al clima de la zona y como consecuencia, sus necesidades hídricas también.

A ello se le puede añadir el uso de mulching como corteza de troncos, marmolinas, etc. que evitan una excesiva evaporación de agua del suelo. También controla la aparición de malas hierbas, pero este factor es secundario.

En el caso de jardines mediterráneos, la aplicación de diseños basado en la xerojardinería, consiguen un ahorro de agua considerable en su mantenimiento, sin prejuicio de la vegetación.

Volviendo al riego, sistemas de riego subterráneo o enterrado, como así se le conoce, ahorran grandes cantidades de agua. Para ello, se necesitan tuberías de riego con goteros emisores que contemplen una capacidad antiobstrucción. No todos los goteros sirven para este uso.

Jardines de kilómetro cero ¿una moda?

A lo largo de la historia, en todas las actividades de la vida surgen modas o tendencias. Muchas quedan en el olvido, mientras otras, llegan para quedarse.

Todo apunta que los jardines de kilómetro cero han venido para quedarse, como ha pasado con los huertos urbanos. Para ello, son fundamentales dos factores:

  • Implicación de administraciones públicas y responsables privados. Estos deben decidir y mantener un compromiso con la jardinería kilómetro cero como un compromiso manifiesto en pro de una conservación del planeta.
  • Implicación de paisajistas y jardineros. Sin buenos proyectos, los resultados carecen de interés por el consumidor. Un conocimiento importante en este ámbito es fundamental.

Jardines de kilómetro 0

¿Son necesarias las especies autóctonas para los jardines de kilómetro 0?

A la pregunta de si son necesarias las especies autóctonas para los jardines de kilómetro 0, la respuesta es no, necesariamente.

Por una parte, tendríamos plantas cultivadas vía semilla o esqueje, en un vivero cercano a la zona donde se realiza el jardín. Su huella de carbono en su suministro es mínima, como sucede en los huertos perimetrales a las ciudades que abastecen a sus tiendas de frutas y hortalizas.

Por otra parte, la especie en sí no es un condicionante. Por poner un ejemplo, se pueden utilizar determinadas especies autóctonas ornamentales de Australia y Nueva Zelanda en jardines en el arco mediterráneo, si estas son de este tipo de clima. Siempre y cuando se han producido en viveros de cercanía.

¿Crecen mejor las plantas en los jardines de kilómetro cero?

El que crezcan mejor o peor las plantas en unos jardines de kilómetro cero va a depender de factores como si son adecuadas a la zona, la tierra donde son plantadas es la adecuada, su exposición es correcta, así como su mantenimiento. En definitiva, igual que cualquier otro modelo de jardín.

Lo que sucede es que, por lo general, el vivero tiende a cultivar especies propias de la zona, para tener el clima como aliado. Si esto es así, por lo general son plantas adaptadas al entorno y como consecuencia, más resistente al clima, plagas y enfermedades.

Por lo tanto, si se dan estas circunstancias sí crecen mejor y son más resistentes.

También es cierto que hay que buscar un equilibrio entre las especies elegidas y el confort que debe proporcionar el jardín. Hacer un jardín con plantas sumamente resistentes a la sequía, lo son porque prácticamente no transpiran, por lo que se crearía un jardín desértico, un modelo que no invita a disfrutar de él tal y como se percibe un jardín.

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