Acalypha hispida

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Plantas con flores de Acalypha hispida

Hay tres especies de Acalypha spp con destacado valor ornamental: la Acalypha hispida, Acalypha pendula y Acalypha reptans. Por ello son las más cultivadas para su uso en jardinería, además de poderse disfrutar durante un periodo de tiempo como planta de interior.

Sus flores alargadas y aterciopeladas, en realidad formado por sus densas y llamativas inflorescencias, simulan la cola de un gato. Un aspecto que resalta su valor ornamental y permite que la Acalypha spp dé un aire tropical al jardín, al porche o en el interior de la casa con buena iluminación.

Acalypha hispida, Acalypha pendula y Acalypha reptans

Como hemos avanzado, las especies de Acalypha spp más interesantes para el mercado ornamental son:

  • La Acalypha hispida, de porte arbustivo, con hojas grandes y originaria de Nueva Guinea.
  • La Acalypha repens de porte más rastrero y originaria de la India.
  • Y la Acalypha pendula, con un aspecto más colgante, también originaria de la India.

Tanto la Acalypha repens y la Acalypha pendula, son de hojas más pequeñas, con forma más redondeadas y de porte más compacto. Provienen de la Acalypha chamaedrifolia.

De todas ellas, la Acalypha hispida es la más utilizada como planta ornamental en España, comercializándose sobre todo en tarrinas colgantes.

Plantas con flores de Acalypha hispida

La planta de cola de gato o planta chenilla.

La Acalypha repens se la conoce con otros nombres populares, los más utilizados es cola de gato o planta chenilla, si bien, también se pueden referir a ella como acalifa, felpilla, cola de zorro, moco de pavo o ricinela.

Su origen tropical nos invita a pensar que pueden crecer al aire libre siempre y cuando sean cálidas. En el caso de España sobre las zonas costeras del Mediterráneo, zonas del sur y Canarias. Si las temperaturas bajan de los 5 °C, sufrirá daños que incluso pueden producir su muerte.

La planta de Acalypha hispida, aunque se comercializa en macetas o tarrinas de mediano tamaño, puede alcanzar hasta el metro y medio de altura, si bien, suele quedarse sobre el metro.

Sus hojas son de color verde claro y están recubiertas de una fina pelusa. Su tamaño es considerado grande, de 10 a 20 centímetros de largo. Su forma es oval, acabada en punta.

En cuanto a sus llamadas flores, en realidad están formadas por inflorescencias. Son su principal atractivo ornamental y la mayoría de variedades, de color rojo. Su tacto es aterciopelado y poseen un aspecto de denso racimo que emulan a una cola de gato, de ahí uno de sus nombres populares.

Estas inflorescencias de porte colgante, en realidad son amentos, formado por miles de flores femeninas despojadas de pétalos y sépalos. Estas se reúnen en forma de densa espiga. En esta especie, las flores masculinas son insignificantes.

Las flores de la Acalypha hispida pueden llegar a ser muy largas, alcanzando fácilmente los 40 centímetros de largo. En el caso de la Acalypha pendula son más cortos y abundantes. Y en la Acalypha repens, además de cortos, son más gruesos.

Acalypha hispida en maceta

Cuidados de la Acalypha hispida.

La Acalypha hispida suele estar en el mercado en formatos de macetas de 13 a 18 centímetros de diámetro o en tarrinas colgantes de similares tamaños. Son ideales para aportar un aire tropical al jardín, al porche o en el interior de casa siempre que se encuentre bien iluminado.

Como hemos avanzado, su origen tropical nos invita a pensar que pueden crecer al aire libre, siempre y cuando la zona sea cálida.

Para el cuidado de la Acalypha hispida, entre los factores a tener muy en cuenta está su exposición, riego y sustrato en el caso de querer trasplantarla.

Su exposición al aire libre debe ser en semisombra, por ejemplo, en un cobertizo o terraza. En el interior del hogar, conviene situarla en un ambiente muy luminoso, pero protegida del sol directo. Requiere una temperatura de 20 a 25 °C en verano y de 15 a 18 en invierno. Por debajo de los 5 °C puede morir.

También agradece un ambiente con una humedad relativa alta. Si el ambiente es seco, conviene pulverizar sus hojas con agua y con cierta frecuencia.

Si optamos por trasplantarla a una maceta mayor, se elegirá un sustrato para plantas de interior, rico y preferentemente con buen drenaje.

Para la fertilización de la Acalypha hispida, recurriremos a un abono especial para plantas de interior de hoja. Un fertilizante equilibrado con oligoelementos, ligeramente más rico en nitrógeno para los meses de desarrollo y de potasio en los de floración.

Los riegos deben ser regulares, procurando que el sustrato permanezca húmedo, pero no encharcado. Estos riegos deben ser más escasos durante la época fría del año.

Respecto a las plagas y enfermedades que afectan a la Acalypha hispida, hay que prestar especial atención a la araña roja y a las cochinillas cerosa y algodonosa. Sobre enfermedades, si mantenemos la planta bien fertilizada y el sustrato húmedo, pero no encharcado, prácticamente no aparecen.

Cultivo de la Acalypha hispida.

El cultivo de la Acalypha hispida en el ámbito profesional es mediante esqueje de hoja o apical. Para ello se preparan plantas seleccionadas por su constitución y sanidad vegetal.

De ellas se extraen los esquejes que se pueden enraizar sobre bandejas de alvéolos o directamente en maceta. En el primer caso, se plantarán uno por alvéolo y en el segundo, tres por maceta.

El sustrato debe ser turboso, con pH 6,5 y ligeramente fertilizado. Durante el periodo de enraizamiento, los esquejes plantados estarán protegidos de posibles corrientes de aire, con una humedad muy alta, temperatura de entre 22 y 25 °C, así como bajo luz tamizada.

Una vez enraizados los esquejes de Acalypha hispida, si están en bandejas de alvéolos, se trasplantarán a la maceta definitiva. Se pueden plantar uno por maceta, pero el cultivo se acortará notablemente plantando tres esquejes por maceta.

A las dos o tres semanas de su plantación, se pinzarán sobre el tercer o cuarto nivel de hojas para favorecer su brotación.

Durante su cultivo se fertilizará con un abono del tipo 18-12-24 más microelementos, una vez por semana a una dosis de 1,5 gramos de abono por litro de agua.

El cultivo de la Acalypha hispida en invernadero, puede durar de tres a cinco meses, según el tamaño de la planta deseada.

Imágenes propiedad de Depositphotos

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