Abonos orgánicos

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abono orgánico vacas

Se define como abonos orgánicos a sustancias de origen animal o vegetal, que contienen uno o más elementos nutrientes. Normalmente son de lenta asimilación por la planta y participan igualmente en el mantenimiento de la actividad microbiana del suelo.

Entre las ventajas de los abonos orgánicos se encuentran el que permiten aprovechar residuos orgánicos, recuperar la pérdida de materia orgánica del suelo, actuar en la fijación de carbono en el suelo, mejorar la capacidad de absorber agua… y por lo general suelen necesitar menos energía para su elaboración en distancias cortas. Sin embargo, hay algunos abonos orgánicos que pueden necesitar un transporte energéticamente costoso, como es el caso del guano de aves marinas de islas sudamericanas o el del murciélago de Tailandia.

Pero también cuentan con algunas desventajas como el que pueden ser fuentes de patógenos si no están adecuadamente tratados, también pueden provocar eutrofización, suelen ser proporcionalmente más caros, etc.

Según su respuesta en calidad de fertilizante, existe un amplio grupo de abonos orgánicos. Unos son de efecto lento como el estiércol, otros de efecto rápido como las orinas y por supuesto aquellos que combinan los dos efectos.

Actualmente el consumo de fertilizantes orgánicos está aumentando debido a la demanda de alimentos orgánicos y la concienciación en el cuidado del medio ambiente.

Entre los ejemplos de los diferentes tipos de abonos orgánicos están los procedentes de excrementos de animales. Un ejemplo es el guano de aves y murciélagos (palomina, murcielaguina, gallinaza…), purines y estiércoles. Los de tipo orines, normalmente de cerdo, son difíciles de separar en origen, pero sin embargo pueden ser utilizados directamente en campo sin más procesamiento.

En este marco también está el humus de lombriz, que en realidad es materia orgánica descompuesta por estas lombrices.

También se encuentra el compost, fruto de la descomposición de materia vegetal o basura orgánica.

Las cenizas también son un abono orgánico si proceden de la madera, huesos de frutas u otro origen completamente orgánico. Estas contienen mucho potasio y carecen de metales pesados y otros contaminantes. Sin embargo, tienen un pH muy alto y es mejor aplicarlos en pequeñas dosis o tratarlas previamente.

Los denominados resaca son los procedentes del sedimento de los ríos. Por desgracia sólo se puede usar si el río no está contaminado.

En cuanto a los lodos de depuradora, son muy ricos en materia orgánica, pero es difícil controlar si contienen alguna sustancia perjudicial, como los metales pesados y en algunos sitios está prohibido usarlos para alimentos humanos. Sí en cambio se pueden usar en bosques e incluso en jardinería.

Como abono verde se conocen los cultivos vegetales, generalmente de leguminosas que se cortan y dejan descomponer en el propio campo a fertilizar.

El biol, es un abonado orgánico líquido, resultante de la producción de biogás.

Los Extractos de algas (Ascophyllum Nodosum o Laminaria de Noruega, normalmente productos compuestos por carbohidratos promotores del crecimiento vegetal, aminoácidos… cien por cien solubles. Suelen ser un buen bioactivador de las plantas, que actúa favoreciendo la recuperación de los cultivos frente a situaciones de estrés, incrementando el crecimiento vegetativo, floración, fecundación, cuajado y rendimiento de los frutos.

Por último, existe un concepto de abonado orgánico indirecto. Unos ejemplos de ello es la inoculación con micorrizas u otros microbios (Rhizobium, Azotobacter, Azospirillium, etc.) que colaboran con la planta ayudando a conseguir nutrientes del suelo, o el dejar materia vegetal muerta del cultivo existente o no, que sirve de acolchado para proteger el suelo del sol y ayuda a mantener la humedad. Al final se descompone.

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