Cómo podar las palmeras

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Poda de palmera datilífera

Partiendo de las premisas que las palmeras no son árboles y por lo tanto su constitución vegetal no es la misma; configuran un amplísimo grupo de plantas que viven, según la especie, en zonas tropicales, boscosas, desérticas, etc.; que las hay desde enanas a ejemplares de más de 20 metros de altura; de un solo tallo a especies muy ramificadas, etc. es difícil establecer un criterio único para decir con seriedad cómo se podan las palmeras.

Conocerlas es importante a la hora de realizar su poda. Es más, podemos afirmar que no la necesita y de hecho en su hábitat natural viven perfectamente sin la mano del ser humano. Es cuando se ‘domestica la palmera’ cuando se poda para potenciar un determinado valor ornamental o mejorar su productividad.

Así, a continuación, expondremos varios conceptos para que cada cual, basándose en el caso que se le presente, pueda actuar de la mejor forma posible.

Palmeras en la playa

Las palmeras

Como hemos avanzado, las palmeras no son árboles, e incluso hay quien las define como una hierba gigante. Sí pertenecen al amplísimo grupo de plantas con flores: las angiospermas. Estas se encuentran dentro de la familia Arecaceae (Palmaceae) que a su vez acoge a más de 200 géneros y casi 2.800 especies distribuidas prácticamente por todos los continentes y en diversos ecosistemas.

Para la sociedad las hay con mucha importancia económica: desde las de un valor exclusivamente ornamental, hasta las de explotación gastronómica, pasando por aquellas que aportan por ejemplo materiales para la construcción. Como ejemplo de las especies con más importancia económica están el cocotero, la palma de aceite, la palma datilera, el palmito, el ratán, la cera de carnaúba, la rafia, etc.

Así que la poda de las palmeras estará supeditada a los objetivos comerciales perseguidos.

El tronco de la palmera

El tronco de la palmera no es como el de los árboles que crecen base a anillos y con capacidad de desarrollar ramas sobre él. Aquí estamos generalmente ante un solo tronco, erecto, sin ramificar y con estructura fibrosa carente de anillos.

Este aumenta en grosor durante los primeros años de vida y su diámetro puede manifestar diferentes grosores en su altura, fruto de las características climatológicas de los años en que crecía y/o como consecuencia de una mala poda. Este hecho lo manifiesta notablemente el Phoenix dactylifera y por ejemplo no tanto el Phoenix canariensis.

Si nos fijamos, el tronco de las palmeras no tiene corteza protectora como los árboles, ni tampoco producen tejido que cubra las heridas ocasionadas en su tronco, utilizando para este fin los restos de las bases o vainas de las hojas marchitadas o caídas. Este hecho es muy importante porque una mala poda puede poner tejidos del tronco expuestos al ataque de hongos y bacterias.

Por lo tanto, la poda se limitará a la eliminación de hojas ya secas, muy envejecidas, también sus frutos y no cortando muy cerca del tronco, procurando que estos restos de peciolo protejan el tronco.

Palmeras en jardinería

Las hojas de las palmeras

Las hojas de la palmera sueles estar en forma de penacho apical. Muchas de estas hojas son compuestas y bastantes especies armadas de más o menos largas espinas, con el objetivo de proteger el ápice o yema apical. Un punto de crecimiento que si se daña y desaparece… la palmera muere.

Las palmeras necesitan sus hojas verdes para hacer la fotosíntesis y proteger tanto al tronco como a su ápice del viento, la salinidad o el frío, por ejemplo.

Según la especie pueden ser muy diversas en constitución, tamaño y cantidad, por lo que cada caso debe ser tratado con cierta singularidad.

Pero en todos los casos, siempre son las hojas (y frutos) el elemento a podar. Y volviendo a las especies y usos variará el método de poda.

Poda de palmeras de interior

En el caso de las palmeras de interior, siendo aquellas que se disfrutan como tales en sus fases más jóvenes, su poda se limitará a eliminar con una tijera bien afilada las puntas de los folíolos estropeados, normalmente son daños ocasionados por corrientes de aire o abonados excesivos.

Es interesante realizar los cortes en diagonal del folíolo para dejarlos en punta y simular así el corte. Si el daño es elevado, se puede cortar la hoja con una tijera de podar, evitando no arrimarse excesivamente al tronco.

La Howea forsteriana (Kentia), la Chamaedorea o la Areca son tipos de palmeras muy utilizadas en sus fases juveniles como palmeras de interior.

Palmeras en la ciudad

Poda de palmeras de exterior

En el caso de las palmeras de exterior se pueden establecer varios grupos en función de su utilidad:

Poda de palmeras en jardinería. Suelen plantarse en jardines tanto públicos como urbanos Por lo general se podan sus hojas inferiores cada dos o cinco años para mantener un ‘entendido valor ornamental’, así como evitar que sus hojas viejas se conviertan en refugio de insectos y roedores e incluso, que su desprendimiento pueda causar daños tanto materiales como a personas.

Poda de palmeras en paisajismo. Son similares al caso anterior, pero al buscar una integración mayor con la naturaleza, las podas suelen ser más escasas y puntuales, para mantener la peculiaridad del ejemplar.

Poda de palmeras en alineación urbana. Se plantan en avenidas o calles espaciosas y en muchos casos suelen colocarse excesivamente cerca entre ellas. Como suelen adquirir bastante altura, las podas son periódicas para evitar desprendimientos de hojas y así posibles daños.

Poda de palmeras para fines de alimentación. En este caso sólo se realiza la poda de hojas pensando en la máxima productividad de sus frutos, así como facilitar su recolección.

En todos los casos, la poda debe ser realizada por profesionales, yendo equipados con material de corte adecuado, equipos de acceso en altura y material de protección adecuado.

Herramientas para la poda de palmeras

Centrándonos en la poda de palmeras de exterior, no es tarea fácil y menos conforme van ganando en altura con los años. A continuación, hacemos una relación de algunas herramientas utilizadas para la poda de palmeras:

  • Márcola. También llamada cuchilla de palmero, permite limpiar el tronco, cortar hojas por el peciolo, cortar ramos de frutos y hacer el acabado de la balona.
  • Corvellot. Herramienta similar a la márcola.
  • Hacha. Se usa para cortar hojas y base del peciolo. Seguidamente se afina el corte con una de las dos herramientas anteriores.
  • Motosierra. De tamaño medio, de las llamadas de mano, utilizada sobre todo para cortar las hojas en ejemplares de gran tamaño.
  • Serrucho. Para trabajos similares a los realizados con la motosierra, pero es más lento y pesado en su uso.
  • Equipos de trepa. Pueden ser de aro o elevadores asociados a vehículos.
  • Protección especial. Cascos, guantes, trajes de trabajo que eviten que las ramas, y sobre todo sus púas, puedan dañar al operario.

Palmeras ornamentales

Podas según tipo de palmera

Como vemos, la poda de palmeras no es un ejercicio a realizar de forma estándar para todas ellas. Edad, especie, ubicación, objetivos que se esperan de ella, etc. marcan notablemente el modo de abordar su poda.

A continuación, destacamos algunos aspectos relacionados con aquellas especies de palmeras más habituales en los parques y jardines de España.

Jubaea chilensis. La poda se centra en eliminar las palmas secas o deterioradas, frutos y vainas secas.

Phoenix canariensis y Phoenix dactylifera. La poda consiste en eliminar las hojas secas, frutos y vainas secas. Como máximo se puede podar un par de coronas de hojas verdes. Aunque hay diferencia entre la palmera Canariensis y la Dactylifera, su poda es muy similar.

Phoenix reclinata. Al contrario de sus parientes Phoenix canariensis y Phoenix dactylifera, esta palmera tiene varios estípites y su poda se centrará en aclarar los que estén dañados, actuando sólo en las hojas que estén secas y dejando regularmente los trozos de los peciolos.

Siagrus romanzofiana. Eliminación de frutos y vainas secas, de sus hojas secas o muy deterioradas, dejando en la primera poda de cada elemento un trozo de pecíolo y la arpillera. Ya en la siguiente poda, se procede a eliminar los pecíolos de forma suave, dejando el tronco liso.

Trachicarpus fortunei y Trithrinax campestris. Sólo conviene podar sus hojas secas y racimos de frutos también cuando pierden su valor ornamental, dejando el mayor número de hojas pegadas al tronco para su protección. Tampoco se elimina la arpillera por el mismo motivo. El corte de las hojas debe ser a ras de la arpillera.

Wasingtonia filifera, Wasingtonia robusta y Livinstona chinensis. Sólo se podarán las hojas secas más deterioradas, puesto que son las que protegen el estípite de los agentes meteorológicos. Además, con ellas estas palmeras tienen un aspecto más atractivo. El corte se ajustará al tronco y no debe eliminar las vainas y la arpillera.

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